martes, 14 de abril de 2020

CUARENTENA DÍA XXIX: Grundstuffe Eins


Niego el eco,

ese apéndice incrustado en la memoria,

el dulce balbuceo del beso,

y con ello, te niego a ti.

Esta sintaxis imposible del verbo,

sueños… pero yo odio los sueños.

Espadas afiladas,

nocturnos aguijones del silencio hueco.

Ya está. Das Ende.

Fuera de sobre otros mundos tus labios

yo me pertenezco a las lluvias,

a las tormentas intempestivas de agosto,

a otros párpados silvestres

al terrible huracán de la espera

a veces tan posible.

Amor detrás de cada vocablo extraño

como si bastara la penumbra,

rostros inmóviles de la espera

tersas y alargadas las pupilas

enfrente paraísos y ángeles caídos,

habitantes de ciudades desconocidas,

pobladores de ignotos destinos.

Esperan.

Quince esqueletos de carne y hueso

el hálito de la palabra densa.

Esperan.

Que alguien les ponga nombre

y te cuenten su historia.

Impacientes cromáticos

mientras la transfusión del verbo se retrasa


Freiburg im Breisgau (Agosto 1986)

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