sábado, 17 de mayo de 2014

LO CONOCE HASTA EL TATO

La imagen de la izquierda corresponde a la portada, edición de hoy, sábado, del diario La Verdad de Murcia. Es una imagen del mitin de ayer del Partido Popular para las próximas elecciones europeas. A los políticos en los mítines les encanta usar metáforas y refranes porque saben que son carnaza fácil, bien masticada, para un titularista. Desconozco el resto de la intervención, es posible que dijera algo más interesante que la frase de marras (hace alusión al ex presidente de la región de Murcia, Ramón Luis Valcárcel que, en la actualidad ejerce de presidente del Comité de las Regiones de la UE). Es fácil imaginar a la vicepresidenta con su corte de asesores susurrándola al oído: “Dí que lo conoce hasta el Tato, que mañana lo sacan de titular en La Verdad”. Como así ha sido.

Esto me recuerda, a principios de los noventa, en Japón, como en ciertas ocasiones que intentaba vender a los importadores nipones mermelada de frambuesa, nada exótica, o de calabaza, algo más pintoresca, la respuesta era una y otra vez idéntica: a los japoneses sólo nos gusta la de fresa y la de naranja. Y así era, fuera un supermercado en Sapporo, fuera uno en Okinawa, en la estantería no había otra mermelada que la de fresa y naranja. Era evidente que como a los consumidores no les ofrecían otra variedad, sólo les gustaban esas dos. A los periodistas les pasa lo mismo, cómo sólo les ofrecen frase hechas (supongo que, es de rigor, también habría unas cuantas contra los partidos de la oposición), expresiones manidas, metáforas hueras, terminan por alimentarse de lo que les echan de comer. Si no les ponen otra cosa en la estantería...

Así que resulta inevitable la retroalimentación (¿debería decir círculo vicioso?), démosles metáforas, paráfrasis populistas, sentencias que quepan en el A3 de la portada, que las van a poner. Y como los editorialistas no fallan y las ponen, vuelta a empezar. De todos modos los mítines políticos, aunque se supone que son para convencer a los que no van, en realidad son para persuadir a los ya convencidos, para los adictos, para los incondicionales, para los discípulos, para los seguidores, para los simpatizantes, para los partidarios, para los admiradores, para los afiliados, para los incondicionales, para los secuaces y para los seguidores. Así que tanto da. Desde luego a los políticos y, me temo, que también a ciertos periodistas.

Pero de lo que yo quería hablar, en realidad, es del Tato. "Lo conoce hasta el TATO", afirma la vicepresidenta. ¿Pero quién era el Tato? El Tato fue un famoso matador de toros de la segunda mitad del siglo XIX. Tiene nombre y fotografía, en blanco y negro, claro. Tuvo una época muy activa en la que su nombre figuraba prácticamente en todos los carteles. De tal manera que daba la impresión de que no había corrida en la que no participase. Incluso después de que le amputaran la pierna derecha, por una herida recibida en una lidia que se le infectó, el Tato salió a torear con una pierna ortopédica. Finalmente tuvo de que desistir de su empeño. Pero debido a su afán de figurar en todos los carteles, se fraguó la expresión no venir ni el Tato, para reflejar una rareza (Fuente http://www.1de3.es/) Si se fija uno bien, la expresión de Soraya, de seguir esta etimología debería haber sido: “Es más conocido que el Tato”. Es evidente que la voz pasiva se impone.

Al usar frases hechas se corre el riesgo de meterse en un berenjenal. Dado que el Tato admite varias acepciones, como "Aquí no aparece ni el Tato"; "No vino ni el Tato"; "No había ni el Tato"; "Va a jugar hasta el Tato", la vicepresidenta del Gobierno se la ha jugado con la más que razonable polisemia a la que el susodicho Tato se presta.

Y aunque no parece que fuera el caso, sí que hubo algunos miles de convencidos, adictos, incondicionales, seguidores y simpatizantes, etc. a los que tirar caramelos masticados en forma de frases hechas (y esto incluye a los periodistas), no hubiera estado mal que sus asesores le hubieran puesto sobre el tapete (otra frase manida, por cierto) este otro posible origen de lo de el Tato.  Se non è vero, è ben trovato!

Equiparable a “no había ni dios” y es que precisamente este es su origen (Fuente: Emitologías). “No había ni el tato” es otra de esas expresiones que son mucho más antiguas de lo que podría parecer. Su origen se halla en el evangelio apócrifo de Tadeo el Menor, que escribió su obra sobre la vida y la muerte de Cristo en un dialecto ático ya minoritario en la época. En el pasaje en que las Tres Marías se dirigen al sepulcro de Cristo después de su muerte, la palabra que utiliza el ángel para nombrarle es “elthatos”, que significa literalmente “el que no ha muerto” o “el que ha vencido a la muerte” (nótese su descendencia de “thanatos”, muerte). Por lo tanto en algunos lugares como en España (gracias a la evangelización de Santiago, que era un grande admirador de Tadeo) “elthatos” empezó a utilizarse como sinónimo de “dios” y de ahí “No había ni el Tato”.

Me parece que quien ha discurrido esta explicación ha ido un poco lejos en la búsqueda de el Tato que, como se advierte, resulta un poco elusivo. ¿Torero ó el que no ha muerto? ¿Muy conocido ó es el que conoce a todo el mundo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario