martes, 13 de junio de 2017

CARAVACA DE LA CRUZ, Murcia (VI)

Murcia, aparte de la costa, para los que no somos de aquí, sorprende por ser una región relativamente montañosa, especialmente en el Noroeste, donde se sitúa Caravaca de la Cruz que este año celebra su Año Jubilar. La basílica integrada en el castillo fortaleza de la imagen conserva lo que, según la tradición, es un trozo de madera de la cruz donde crucificaron a Jesús. Como tierra de frontera durante décadas con el dominio andalusí de Granada la historia, ¿deberíamos de decir leyenda? es muy linda y, como no podía ser de otra manera, sirve para cimentar la historia posterior. La de los ganadores, que en este caso fueron los cristianos. 

Haber vivido en Medio Oriente durante una larga temporada le vacuna a uno contra este tipo de historias (desde el prepucio del niño Jesús, lo que tiene lógica, después de todo era judío y fue circuncidado, hasta la leche de su madre María, las reliquias en la zona, extendidas después a toda Europa con los cruzados son, por usar un vocablo tierno, pintorescas). La cruz de Jesús, siempre en esa nebulosa de historia-tradición fue encontrada por Santa Elena, la madre del emperador Constantino como unos 300 años después. Así que en la espesa niebla que separa la erudición de la devoción, a cada cual de creer o no creer. Todo esto, obviamente, no quita que la parte religiosa, para los creyentes, tenga un enorme valor y como tal debe ser respetada. Pero como este es un terreno proceloso, sujeto a emociones y sentimientos, casi mejor lo dejo aquí. Dicho eso, la imagen está tomada desde un ultraligero. 

Un amigo de Yecla, gran mueblista ¿qué si no en la capital del Altiplano murciano? aficionado a este tipo de aparatos me invitó, creo que fui bastante inconsciente a “dar una vuelta”. Salimos de Yecla, atravesamos la Sierra de la Pila, subimos por todo el río Segura, Molina, Cieza, Calasparra y allí, de repente, en un día claro, estaba la bonita ciudad caravaqueña y la Basílica de la Vera Cruz. Había mucha luz y la imagen no tiene contraste. Pero desde arriba, apagó el motor a 2.000 metros y comenzamos a planear en absoluto silencio, la panorámica del caserío se apreciaba en toda su belleza. 

El casco histórico con sus calles estrechas en torno a la basílica, la plaza de toros y la curiosa edificación de basílica fortaleza, que conserva con tanta veneración la reliquia. Por el otro, la vega que, con toda seguridad, es la herencia árabe inestimable, como en tantas comarcas de Murcia. Poco después de tomar la foto, mi amigo volvió a encender los motores y nos fuimos sobrevolando, camino de Yecla, sobre las canteras de mármol que conforman una de las riquezas de Caravaca. 

“Above, within de air bubble / silence is everything / I hardly guess the noise below” 

[Caravaca, 1 diciembre 2007]

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